Los cruceros con base en el Puerto de Palma disparan el consumo de agua

Un estudio de la UIB calcula que cada crucero con base en el Puerto de Palma consume de media 628.000 litros por amarre. Los investigadores proponen un indicador del uso del agua para contribuir a una mejor gestión de los recursos hídricos.

El número de cruceros y de visitantes que llegan a los puertos de las Islas Baleares se ha incrementado de manera significativa durante los últimos años, hasta el punto de que el archipiélago se ha convertido en uno de los destinos líderes del Mediterráneo, también para esta modalidad turística. En paralelo, también se ha incrementado el consumo de agua en los puertos.

En el caso concreto del Puerto de Palma, este crecimiento del volumen de agua usada en las infraestructuras portuarias está directamente relacionado con el número cada vez más grande de cruceros que han convertido este puerto en su base de operaciones. Así lo constata un estudio reciente de investigadores de las universidades de las Islas Baleares, Lleida y La Rioja, que destaca que cada crucero con base al Puerto de Palma consume de media 628.000 litros cada vez que amarra.

El estudio, publicado en la revista científica Water, ha analizado las dinámicas del consumo de agua en el Puerto de Palma entre los años 2007 y 2018, y de manera especial los efectos que el creciente turismo de cruceros tiene sobre el uso de este recurso.

Según los datos recogidos por los investigadores, el consumo de agua sigue una tendencia estacional, con los consumos más elevados durante la temporada alta (de mayo a octubre y de máxima afluencia de embarcaciones y pasajeros) y los consumos menores durante la temporada baja (de noviembre a abril). Ahora bien, esta estacionalidad no es igual en todos los sectores del Puerto. Así, el sector comercial (que agrupa el transporte de pasajeros y de mercancías, y que básicamente se concentra en el muelle de Paraires y el dique del Oeste), es el que consume más agua (380 millones de litros en 2018) pero también el que muestra una dependencia estacional más grande, a diferencia de sectores como el naval y el recreativo, con volúmenes muy menores de consumo y con menos diferencias entre las temporadas.

Crece el consumo en temporada baja

Esta estacionalidad en el consumo de agua se ha visto alterada en los últimos años. El estudio muestra que el consumo de agua se ha incrementado desde el año 2015, después de haber tenido una evolución negativa desde 2007 hasta llegar a un consumo mínimo entre los años 2013 y 2014. Los investigadores destacan que el incremento del consumo de agua ha estado especialmente importante durante los meses de temporada baja. Hasta el punto de que, en 2018, el consumo de agua en temporada baja casi logró los volúmenes consumidos en temporada alta en años anteriores.

Según los autores del estudio, este crecimiento considerable del consumo de agua en temporada baja es indicativo del incremento de cruceros y ferrys en meses como por ejemplo noviembre, marzo o abril a lo largo de los últimos años. De hecho, los datos remarcan que la evolución del consumo de agua se mantiene en relación con la evolución del movimiento de embarcaciones y de pasajeros. De forma que los descensos del consumo de agua entre 2007 y 2014 se tendrían que relacionar con el descenso remarcable del número de pasajeros de ferrys (2007-2010) y de cruceros (2012). En los últimos años, si bien el número de pasajeros de ferrys se ha ido recuperando ligeramente, el crecimiento del número de pasajeros de cruceros ha sido notable y explica que la tendencia del consumo de agua haya vuelto a ser positiva.

628.000 litros por amarre

Un factor importante que ha contribuido a este incremento son los cruceros que tienen su base en el Puerto de Palma y que desde aquí inician su itinerario turístico por el Mediterráneo. Según los investigadores, estas embarcaciones usan más agua que cualquier otra: 628.000 litros de media en cada amarre. Estos valores son muy superiores a las recargas que hacen los barcos mercantes (178.000 litros por amarre) o los cruceros en tránstio que hacen escala en el Puerto de Palma (69.000 litros por amarre).

Los investigadores señalan que en los últimos años se ha incrementado el número de cruceros que tienen su base en el Puerto de Palma, a la vez que destacan que estas embarcaciones tienen un impacto socioeconómico y ambiental diferente de los cruceros en tráfico, que se limitan a hacer escala. Por un lado, tienen un efecto negativo más severo sobre el medio ambiente, en la medida que requieren más logística de transporte (incluyendo los aviones que traen a los pasajeros desde otras ciudades, los transportes entre el aeropuerto y el puerto, más emisiones de CO₂ derivadas de este transporte, y más consumo de agua). Además, los pasajeros de los cruceros con base en el puerto no acostumbran a visitar la ciudad, de forma que el beneficio económico es menor que en los cruceros de tránsito.

Agua muy barata

Además de las buenas conexiones aéreas de la isla con los mercados europeos, uno de los elementos que hacen que el Puerto de Palma se haya convertido en un punto de atracción como puerto base para los cruceros es un precio del agua competitivo. El año 2016, la Autoridad Portuaria de Baleares vendía un metro cúbico de agua (1.000 litros) a los cruceros por 1,62 euros. El año siguiente, este precio se incrementó hasta los 2,62 euros por metro cúbico, pero todavía así es un precio muy competitivo comparado con otros puertos españoles. El estudio destaca que la APB paga 0,93 euros por metro cúbico a la empresa suministradora y está excluida de un sistema de bloques progresivo (cuanto más consumes, más pagas por metro cúbico).

Un indicador para gestionar mejor un recurso esencial

Los investigadores consideran que sería necesario establecer un indicador del uso del agua que pudiera ser comparado con otras actividades turísticas o con el consumo de la población local para identificar conflictos potenciales y para establecer prioridades en la gestión del agua, especialmente debido a la amenaza real que supone el cambio climático y la intensificación de los periodos de sequía.

En este sentido, su propuesta sería utilizar el índice de litros por pasajero, resultado de dividir el número de litros cargados por un crucero por sus pasajeros. Este indicador, en el caso de los cruceros con base en el Puerto de Palma, sería de 285,5 litros por pasajero en 2016.

Los autores

Los investigadores que han participado en este estudio son el doctor Celso Garcia, profesor titular de universidad del Departamento de Geografía e investigador principal del grupo de investigación en Recursos Hídricos y Cambio Global (GLOWATER) de la UIB; la doctora Dolores Tirado Bennasar, profesora titular de universidad del Departamento de Economía Aplicada y miembro del grupo GLOWATER de la UIB; el doctor Enrique Morán Tejeda, profesor ayudando doctor del Departamento de Geografía y miembro del GLOWATER de la UIB; el doctor Jorge Lorenzo Lacruz, profesor contratado interino del Departamento de Ciencias Humanas de la Universidad de la Rioja y colaborador del grupo GLOWATER de la UIB; y el señor Christian Mestre Runge, del Departamento de Hortofructicultura, Botánica y Jardinería de la Universitat de Lleida.

Referencia bibliográfica

Garcia, C.; Mestre-Runge, C.; Morán-Tejeda, E.; Lorenzo-Lacruz, J.; Tirado, D. «Impact of Cruise Activity on Freshwater Use in the Port of Palma (Mallorca, Spain)». Water 2020, 12, 1088. DOI: 10.3390/w12041088

Fecha de publicación: Fri Jun 12 09:33:00 CEST 2020