Un estudio del IEO y la UIB muestra algunas de las claves sobre la producción y consumo de atún en conserva

La industria conservera de atún está completamente globalizada y la información que llega al consumidor sobre las especies, su conservación y las zonas de pesca es escasa y no está regulada 

El Instituto Español de Oceanografía (IEO, CSIC) y la Universidad de las Illes Balears (UIB), en colaboración con la sociedad African Marine Expertises de Costa de Marfil y la asociación científica Alimentta, han publicado un informe sobre las implicaciones económicas, sociales y medioambientales que hay detrás de las conservas de atún. Esta iniciativa se enmarca en el proyecto Planet Tuna que han financiado la Oficina de Cooperación al Desarrollo y Solidaridad de la UIB y la Dirección General de Cooperación del Gobierno de las Illes Balears con la colaboración de la Fundación Española para la Ciencia y la Tecnología (FECYT).

Este estudio ahonda en la pesca de los atunes tropicales y el largo viaje que recorren hasta que son procesados y consumidos en cualquier lugar del mundo. «El sistema alimentario está cada vez más deslocalizado e internacionalizado, y la conserva de atún no es una excepción», explica Patricia Reglero, investigadora del Centro Oceanográfico de Baleares del IEO y responsable de Planet Tuna. «Una de las principales dificultades a las que nos enfrentamos es que la información sobre el largo viaje que recorren los atunes hasta que llegan a las latas no llega a las personas consumidoras, y esto dificulta la posibilidad de tomar decisiones con la información adecuada y de forma responsable», apunta la científica.

 

Con toda probabilidad, cuando una persona está comiendo una lata de atún en cualquier lugar del mundo está consumiendo diferentes especies de túnidos tropicales. Los atunes tropicales, en concreto el atún listado (Katsuwonus pelamis), el atún de aleta amarilla o rabil (Thunnus albacares) y el atún patudo (Thunnus obesus), se encuentran entre las principales especies marinas en volumen de pesca, sobre todo el listado, que ocupa el tercer lugar. Estas especies sustentan una gran industria global dedicada a su extracción, distribución, procesamiento y consumo. Destaca la posición de España, que es el principal productor de conservas de atún de Europa (64%) y se sitúa en segundo lugar en el ámbito mundial, después de Tailandia. El sector conservero español es diverso y cuenta con 640 empresas de diferente índole: pequeñas y medianas empresas, y grandes grupos de alimentación.
 
Una normativa de etiquetado falta de regulación
 
A diferencia del etiquetado del atún fresco, la normativa es más laxa para el atún en lata. La directriz europea obliga a ofrecer información nutricional y la fecha de consumo preferente, pero exime a las conserveras de detallar la especie, la zona o el modo en que fue pescado, información que permitiría tomar decisiones de consumo más responsables. Sin embargo, algunas empresas conserveras y distribuidoras están ofreciendo más información de la exigida legalmente.
 
Una industria globalizada y deslocalizada
 
En total están registrados 678 grandes atuneros cerqueros en el mundo, de los cuales 28 son de bandera española. Estos buques capturan los ejemplares mediante redes de cerco con las que rodean a los bancos de atunes. La flota española opera principalmente en el Atlántico y el Índico, y sus principales puertos de desembarque son las Seychelles en el Índico, Costa de Marfil, Senegal y Cabo Verde en el Atlántico, y Ecuador en el Pacífico. Pero no son los únicos, en los últimos años se han añadido otros puertos importantes, como Madagascar y Samoa Americana, entre otros.
 
Sobre el estado de conservación de las especies de atunes
 
En general, el estado de conservación de los atunes tropicales es bueno, menos para el patudo y el rabil, ya que existen áreas donde se han superado los niveles de explotación máxima sostenible, como es el caso del patudo en el Atlántico o del rabil en el Índico, lo que ha provocado la puesta en marcha de medidas para recuperar el estado de las poblaciones.
 
A pesar de la gestión que se hace de las especies y de la monitorización sobre su conservación, la información que nos llega es completamente insuficiente. Queda mucho camino por recorrer para que las personas consumidoras dispongan de los datos que realmente les permitan tomar decisiones responsables: las especies, los orígenes, los métodos de pesca y el estado de conservación.
 
El informe completo, que se puede descargar en el repositorio del IEO, ha servido también para publicar dos artículos divulgativos: «¿Qué hay dentro de la lata?» y «El viaje de la lata», además de un vídeo y una colección de infografías sobre la pesca, producción y consumo del atún en conserva que pueden encontrarse en la web < www.planettuna.com>. 

Fecha del evento: 25/04/2022

Fecha de publicación: 25/04/2022

Con la colaboración de:

 Gobierno de España. Ministerio de Ciencia e Innovación. FECYT Innovación