Un equipo de investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos (centro mixto UIB-CSIC), en colaboración con investigadores franceses, ha descifrado los patrones de movimiento de las larvas marinas en el Mar Mediterráneo y, con ello, ha conseguido elaborar, por primera vez, mapas de dispersión de estos organismos. Se trata de una nueva herramienta que puede ser clave para diseñar planes de conservación y protección marinos en un futuro cercano, los cuáles exigen estrategias de integración de procesos a nivel local y global. Esta investigación es consecuencia de un trabajo previo elaborado por los mismos investigadores del IFISC en 2014, que caracterizó la existencia de varias provincias marinas en el Mar Mediterráneo, algunas más conectadas entre sí, y otras con menos relación.
El intercambio de individuos es habitual entre poblaciones de especies marinas (peces, crustáceos, moluscos, etc.), especialmente en sus primeras fases de vida cuando son larvas y las corrientes oceánicas las transportan largas distancias. El intercambio de larvas entre poblaciones tiene consecuencias claras en su estructura y conservación. Esa conectividad, difícil de cuantificar, puede estudiarse de diferentes maneras, como por ejemplo con patrones genéticos relacionando individuos de diferentes grupos o estableciendo conexiones geográficas resultado de las corrientes oceánicas. Hasta ahora se suponía que existían zonas marinas que actuaban como fuentes emisoras o receptoras de larvas. Con este estudio esto ha quedado demostrado, y además, se ha logrado identificarlas claramente, de manera simultánea y sistemática.
Los investigadores han considerado varios factores para elaborar los mapas, como las corrientes oceánicas y la orografía submarina. Por eso han empleado simulaciones de las corrientes superficiales marinas de los últimos 10 años, dividiendo la cuenca mediterránea en 3.270 pequeñas áreas y calculando varios millones de trayectorias simulando el intercambio de larvas entre esas áreas.
Además, este análisis se ha repetido en unas 120 combinaciones diferentes de parámetros, como por ejemplo la duración de la fase larvaria del organismo o su periodo de puesta. Esta metodología ha permitido estudiar los patrones de conexión en toda la cuenca Mediterránea de una manera “ecosistémica” (es decir, no sólo centrados en una especie), con especial interés en las especies ubicuas y con más capacidad para dispersarse a larga distancia.
Resultados:
Los mapas resultantes de esta investigación muestran un contraste importante en los patrones de retención de especies. En líneas generales, las larvas se acumulan mayoritariamente en las costas (tanto continentales como insulares) y en los márgenes continentales con una profundidad inferior a los 200 metros, mientras que cuanto más lejos de la costa, menor es el valor de retención.
Algunas regiones se caracterizan por un comportamiento relativamente estable a lo largo de todo el año. Otras, en cambio, presentan patrones de comportamiento claramente diferentes según la estación y su relación con la variabilidad de las corrientes marinas. Es el caso del mar balear, que en verano actúa como una cuenca de atracción de larvas de varios orígenes, que luego tienen tendencia a acumularse cerca de las islas, hecho que enriquece el ecosistema local y favorece la elevada diversidad biológica y genética de la zona. Mientras que en invierno, el mar balear se convierte en una fuente emisora de larvas fomentando la dispersión e intercambio de individuos a través de toda la cuenca oeste.
Fecha de publicación: 05/02/2016