Mallorca, 1936-1939: memoria de una represión planificada

La tesis doctoral de Bartomeu Garí Salleras reconstruye la represión institucional y las ejecuciones extrajudiciales que padecieron los partidarios de la República durante la Guerra Civil

La tesis doctoral de Bartomeu Garí Salleras, defendida en la Universidad de las Islas Baleares, parte de la hipótesis general que defiende que la represión que se ejerció en las zonas dominadas por las fuerzas militares franquistas durante la Guerra Civil era simplemente una represión sistemática, planificada y preparada meses antes del alzamiento militar por una parte del ejército republicano, los denominados africanistas, un grupo de mandos militares con una mentalidad imperialista que se forjaron en la zona del protectorado español de Marruecos entre los años 1909 y 1927. Estos militares se opusieron frontalmente a las decisiones aprobadas por los gobiernos reformistas republicanos. Su intención era evidente: conseguir el poder absoluto del Estado y eliminar una ideología política e intelectual, la que representaba a las personas que integraban las instituciones de la Segunda República española y, muy especialmente, aquellas que formaron parte de los gobiernos municipales del Frente Popular (marzo-julio de 1936). También fueron víctimas de la barbarie fascista los miembros de las directivas, afiliados y simpatizantes de los partidos de ideología de izquierda, sindicatos obreros, asociaciones culturales y deportivas, y el personal docente, entre otros.

En Mallorca, como en las otras zonas del Estado español, la represión fue perfectamente prevista, controlada y dirigida por las autoridades rebeldes encabezadas por los militares golpistas, con el apoyo de los centros de poder de la represión. Nos referimos a los ayuntamientos, la Falange, las milicias ciudadanas, el cuerpo de policía y la Guardia Civil. Además del poder civil y militar, también tuvo un papel destacado la Iglesia mallorquina, otro de los centros de poder de la represión que se identificaron plenamente con la eliminación planificada.

El estudio de la represión es de una gran complejidad, por este motivo se optó para llevar a cabo una investigación interdisciplinaria, es decir, que combinase diversas fuentes siguiendo un método y unos parámetros adecuados a la investigación. En este sentido, además de las fuentes documentales, bibliográficas y testimoniales, la investigación de Bartomeu Garí también se sirve de las informaciones extraídas de las recientes exhumaciones de las fosas comunes de los cementerios de Sant Joan y Porreres, como también de los datos del Mapa de las fosas de Mallorca, que han aportado informaciones nuevas e inéditas sobre la ubicación de las fosas comunes, la relación de las personas que fueron ilegalmente enterradas y las circunstancias que envolvieron su desaparición entre 1936 y 1939. Aparte de estas informaciones y sobre la base de la documentación del Gobierno Civil de las Baleares, se ha reconstruido uno de los episodios más oscuros y más desconocidos de la represión de la Guerra en Mallorca, el paso de centenares de personas por las prisiones de Palma (Can Mir actualmente Sala Augusta, el castillo de Bellver, la Prisión Provincial, entre otras), que en muchos casos, fueron trasladadas hacia la muerte. Este "camino" de ida sin retorno, quedaba registrado. De esta manera se ha interpretado el complicado tema de las salidas de prisión denominadas puestas en libertad o, como decían los presos de estos centros penitenciarios, la libertad eterna. Otra de las novedades que presenta la investigación es el análisis de la represión institucionalizada basada en la aplicación —bajo una apariencia de legalidad— de juicios sumarísimos que permitieron —en muchas ocasiones— dictar sentencias condenatorias en pocas semanas. Esta práctica represiva condenó otras personas, de las cuales 174 fueron fusilados en los cementerios de Palma, Manacor, Inca y en el fuerte de Illetas.

La tesis también explica que la represión mallorquina se organizó a través de la aplicación de un conjunto de diferentes modalidades represivas. Además de las salidas de prisión y los fusilamientos dictados por los tribunales franquistas, la práctica represiva más destacada fueron los secuestros y los paseos que acabaron en decenas de asesinatos extrajudiciales que llenaron de muertos las paredes de cementerios, carreteras y caminos. También es cierto que, a veces, algunos de estos asesinatos sirvieron para resolver asuntos particulares y venganzas, pero, aunque no fueron muertos directos de la represión, sí que sus asesinos, y sus encubridores, actuaron al amparo del sistema represor planificado. Aparte de estos sistemas mayoritarios, se aplicaron otras modalidades poco conocidas y estudiadas. En este caso nos referimos a las muertes violentas también imputables a la represión como el suicidio, el asesinato por lanzamiento de personas a pozos, simas y precipicios, la muerte en hospitales y prisiones, la muerte en hogueras y  la desaparición de personas que fueron lanzadas al mar. Todas estas prácticas que —en muchos casos se convirtieron en auténticos espectáculos macabros— han sido investigadas y explicadas con detalle. La investigación indica que cada uno de los sistemas represivos presentados se adaptó a las fases de la represión dependiendo del momento y el lugar en el que se aplicó, y no se diferencian de los usados en el resto de la zona nacional. Este hecho demuestra que la represión fue planificada y que hubo un contacto muy importante entre las autoridades y los agentes represores. Otro de los objetivos específicos es la represión que afectó a las mujeres, que padecieron todo tipo de agresiones y humillaciones, incluso la muerte. En el transcurso de la Guerra Civil en Mallorca 29 mujeres murieron como consecuencia de la represión.

Las últimas novedades que expone la investigación son, por un lado, la presentación de una nueva cronología de la guerra y de la represión que sirve perfectamente para saber lo que pasó en la isla de Mallorca en cada momento del conflicto. Es importante remarcar que no se puede pensar en momentos independientes, sino que se superponen continuamente. Y por otra, que se puede cuantificar el número de víctimas de la represión. En este sentido, el total de víctimas de la represión se sitúa en torno a las 2.340 personas que representan el 2,46% del total de la población con posibilidades «de ser represaliada», es decir, entre 18 y 65 años. Este recuento permite afirmar que la isla de Mallorca se convirtió en una de les zonas del Estado español más castigadas por la represión.

Ficha de la tesis doctoral

  • Título: La represión en Mallorca en el transcurso de la Guerra Civil (1936-1939): memoria de una eliminación planificada
  • Autor: Bartomeu Garí Salleras
  • Programa de doctorado: Historia
  • Departamento: Ciencias Históricas y Teoría de las Artes
  • Director: Sebastià Serra i Busquets 

 

Fecha de publicación: Tue Oct 17 09:35:00 CEST 2017