Las mujeres siguen encargándose mayoritariamente de los gastos familiares

El IFISC (CSIC-UIB) analiza 40 millones de transacciones bancarias con tarjetas de crédito y débito en Madrid y Barcelona

Las mujeres tienden a gastar más dinero en ropa, comida, hipermercados, salud y bienestar, y más cerca de su casa, que los hombres, que concentran sus gastos en coches, bares, restaurantes, tecnología y transporte. Lo demuestra el estudio Influence of sociodemographic characteristics on human mobility, realizado por los investigadores del Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, IFISC (CSIC-UIB), sobre 40 millones de transacciones comerciales realizadas con tarjetas bancarias BBVA en las ciudades españolas más pobladas, Barcelona y Madrid, durante el año 2011. Los datos son estadísticas, anónimas y agregadas, lo que impide identificar a las personas o los comercios que los han generado.

El objetivo de este trabajo es explorar los patrones de movilidad de los usuarios de tarjeta bancaria incorporando tres características sociodemográficas: género, edad y ocupación. El estudio, publicado por Scientific Reports, demuestra que es posible usar información recogida de las transacciones comerciales realizadas con las tarjetas bancarias para evaluar la influencia de las características sociodemográficas en la manera como la gente se mueve y gasta el dinero.

Los detalles del estudio

Tanto en Madrid como en Barcelona los resultados son similares. En ambos casos el estudio geolocalizado de las transacciones con tarjetas bancarias demuestra que los hábitos de consumo y patrones de movilidad varían en función del género, la edad y la ocupación, pero son similares en ambas ciudades.

El tipo de gasto es diferente según el género y la edad. El trabajo demuestra que las mujeres tienden a gastar más dinero en productos asociados a la gestión del hogar: ropa, alimentos, hipermercados, salud y bienestar (69% de las transacciones de las mujeres, frente al 43% de los hombres en estos conceptos). En cifras absolutas las mujeres gastan 1.977 euros anuales en estos conceptos, mientras que los hombres gastan 1.146 euros.

Por otra parte, los hombres gastan más dinero que las mujeres en productos relacionados con los automóviles, bares y restaurantes, tecnología y transportes (el 50% de las transacciones de los hombres, frente al 22% de las mujeres). En cifras absolutas los hombres gastan 1.339 euros anuales en estos conceptos, mientras que las mujeres gastan 675 euros. La cantidad de dinero gastado en ropa, alimentos, hipermercados, deportes, juguetes y tecnología desciende ligeramente con la edad, mientras que el gasto en industria automovilística, salud, agencias de viaje y bienestar o belleza crece ligeramente con la edad. Los estudiantes gastan más dinero en bares y restaurantes, moda, deportes, juguetes y tecnología que el resto de categorías económicas.

El total de gastos en transacciones es similar entre los dos sexos, aunque ligeramente superior entre las mujeres (1.500 euros anuales de media contra 1.450 euros de los hombres). Por otra parte, ellas hacen un mayor número de transacciones (32 transacciones anuales, frente a 23 de los hombres) y de menor cuantía (45 euros de media por transacción de las mujeres, frente a 50 euros de los hombres).

En cuanto a la edad, se observa que el número de transacciones desciende a medida que aumenta la edad del cliente. Del máximo de 33 transacciones anuales de media entre usuarios de tarjeta de 30 a 45 años se pasa a solo 9 transacciones anuales de media para usuarios de más de 75 años, pero, curiosamente, aumenta la cantidad que se gasta en cada transacción. Escogiendo la misma comparación entre franjas de edad observamos que entre usuarios de tarjeta de 30 a 45 años hay una media de gasto de 41 euros por transacción, frente a los 72 euros por transacción a partir de los 75 años (figura PorcentajeGasto y figura GeneroEdad).

¿Cuándo gastamos más con nuestra tarjeta y dónde?

Por otra parte el estudio ha analizado la evolución temporal de la cantidad de dinero gastado a lo largo de la semana según las características demográficas de la persona. Los principales resultados muestran que los gastos se concentran en los días laborables, con dos puntos destacables, a las 12 del mediodía y a las 19 horas, siendo este segundo punto más alto que el primero. Una tendencia que se invierte los sábados, cuando el primer punto (a las 12 horas) es más importante que el segundo. Los viernes, sábados y domingos se observa un leve repunto sobre las 23 horas. Mujeres, gente mayor, amas de casa y jubilados concentran su actividad económica en la mañana de los días laborables (figura Evolució Temporal).

En la movilidad, se observan tres importantes diferencias: las mujeres viajan distancias más cortas que los hombres y su trayectoria es más cercana a su lugar de residencia. En segundo lugar, la distancia media viajada entre dos posiciones consecutivas y el radio de giro baja con la edad. Finalmente, destaca una oposición entre individuos activos e inactivos. Por supuesto, jubilados, amas de casa y parados viajan distancias más cortas que el resto de la gente. De hecho, la distancia entre el lugar de residencia y el del gasto es globalmente más alto para hombres que para mujeres, se reduce con la edad y es más alta para los empleados y estudiantes que para el resto de categorías laborales. No obstantes, la distancia media entre casa y negocio cambia según la categoría del negocio. La distancia entre el hogar y los negocios donde se hace la transacción es inferior para comida, hipermercados, salud, bienestar y libros o música que para el resto. Es importante destacar que este tipo de negocios son, además, los que tienen mayor número de transacciones hechas por mujeres que por hombres. Esto explica parcialmente por qué las mujeres viajan distancias más cortas que los hombres para comprar.

Entre todas las diferencias que se destacan en este trabajo, la que hay entre hombres y mujeres es la más difícil de explicar. Se ha analizado con meticulosidad y se ha comprobado que esta variable no está relacionada con otras variables sociodemográficas. Parece probable que esta diferencia tiene que ver con otras características sociales, como el hecho de tener hijos, ya que, por ejemplo, el hecho que la diferencia en patrones de movilidad entre hombres y mujeres es menos pronunciada para las personas mayores y los estudiantes puede reflejar que las mujeres con niños se mueven de manera diferente a las mujeres sin hijos.

Los autores

Maxime Lenormand, Maxi San Miguel y José J. Ramasco (Instituto de Física Interdisciplinar y Sistemas Complejos, IFISC), Thomas Louail y Marc Barthelemy (Institut de Physique Theorique, CEA-CNRS, Francia), Oliva G. Cantu-Ros, Miquel Picornell y Ricardo Herranz (Nommon Solutions and Technologies, España), Juan Murillo Arias (BBVA Data & Analytics).

Referencia bibliográfica:

Maxime Lenormand, Thomas Louail, Oliva G. Cantú-Ros, Miguel Picornell, Ricardo Herranz, Juan Murillo Arias, Marc Barthelemy,Maxi San Miguel & José J. Ramasco. (2015, 20 de maig). «Influence of sociodemographics on human mobility», Scientific Reports, 5, doi:10.1038/srep10075

Fuente: IFISC (CSIC-UIB)

Fecha de publicación: 29/05/2015