Señores, señoras, compañeros, compañeras, amigos y amigas,
Como alumna de la primera promoción de los estudios de Maestro de la especialidad de Educación Infantil en la Sede de Menorca, puedo afirmar que la apertura de la Sede representó para nuestra isla una gran novedad. Desde Palma, los profesores a través de las nuevas tecnologías ofrecían sus asignaturas para dar respuesta, por fin, a las necesidades educativas superiores que tenían las islas pequeñas. Eso dio oportunidades a los que apostamos por ser partícipes de este proyecto.
Inicié los estudios universitarios en la Sede con mucha ilusión; recuerdo el primer día, un poco nerviosa y emocionada al mismo tiempo, mirando a mi alrededor pensaba... ¿cómo irá esto?, tras las presentaciones me sentí mejor, escuchando las motivaciones y expectativas de los compañeros y compañeras, que me reafirmaron en los deseos de estar allí y compartir con ellos y ellas las ganas de aprender.
¡El grupo era heterogéneo, y tenía buena pinta! éramos una treintena, podríamos hacer un buen trabajo. Nos organizamos para hacer los numerosos trabajos en grupo y compartimos la aventura del estudio; los de levante y los de poniente. La percepción se convirtió en realidad y así fue durante toda la carrera de maestra.
El primer curso lo empezamos en el instituto de Alaior... pocos rescursos, tanto humanos como materiales, esperando que acabasen las obras de Can Salort... y llegó el día de estrenar la Sede, entrando por la calle Major, la del Ayuntamiento. Y nos acostumbramos a escuchar a los profesores a través de las videoconferencias, a hablar por el micrófono y a ver a los compañeros de las clases de Palma y Vila por los monitores de las aulas. Poco a poco la Sede se fue dotando de material, llegaron libros, ordenadores, proyectores...
Los descansos eran agradables..., la merienda de ca na Maruja y el café de ca na Divina..., el paseo por las calles de alrededor para estirar las piernas...
Acabamos la carrera y la mayoría hicimos oposiciones. La Sede siguió creciendo y ofreció la licenciatura de Psicopedagogía. Tan entusiasmada y animada estaba, que decidí continuar los estudios, y el grupito fue genial. Organizamos el CAP, una comunidad de apuntes y, como todos trabajábamos, si un día no podíamos asistir a clase o llegábamos tarde, no estaba del todo perdido, los compañeros nos ponían al día.
Fue impactante lo que supuso descubrir y analizar con el doctor Alzina, Pere, los siete saberes necesarios para la educación del futuro, del pensador Edgar Morin, cómo señalar la condición humana, objeto esencial de cualquier educación; o bien afrontar las incertidumbres, por poner algún ejemplo.
Acabamos la licenciatura y llegó el máster, casi imposible de conseguir, pero gracias a la cohesión del grupo de estudio de Psicopedagogía y la insistencia reclamando con escritos firmados charlas con el director de la Sede y el apoyo del profesorado, pudimos finalmente disfrutar del Máster Interuniversitario entre las universidades de las Illes Balears, Lleida y Vic en Educación Inclusiva.
De la doctora Forteza, Dolors, aprendí a respetar más, si puede ser, la diversidad y a hacer bandera de mi visión y defensa de la inclusión en la educación, siguiendo como doctoranda, investigando porque la inclusión implica un proceso de cambio sin fin para mejorar el aprendizaje y la participación de todo el alumnado. Gran reto, desde el que, con otros compañeros, trabajamos con el grupo de investigación de educación inclusiva GRIEM peleándonos con el índice de inclusión de Booth y Ainscow.
Los tiempos han cambiado, la sociedad y el mundo también, la formación de las personas no puede anclarse a estudiar solo cuando uno es joven, debe continuar durante toda la vida.
No querría acabar sin destacar los valores que tiene para mí la Sede, es profesional y al mismo tiempo familiar, humana y cercana. Las personas que trabajan en ella lo hacen posible por su entusiasmo, trabajo y dedicación.
Mis agradecimientos son:
A todos los que lo hicieron posible creyendo en el proyecto y continúan trabajando ampliando la oferta de nuevas carreras, posgrados y másteres.
A mis compañeros y compañeras y profesores, por haber compartido tantos aprendizajes y emociones sobre lo que representa ser maestro.
A la Sede universitaria, por haberme acogido, haberme brindado oportunidades que no habría pensado ni previsto cumplir como profesora asociada y... hacer sentir siempre como en casa.
Y a todos vosotros, por haberme escuchado.
Gracias.
Maó, 13 de abril de 2016
Fecha de publicación: Fri Apr 15 14:39:00 CEST 2016