El grupo de investigación en Ecología Interdisciplinaria de la UIB ha realizado el seguimiento de la población reproductora de sapos en diferentes puntos de reproducción del parque natural de Mondragó. El estudio lo ha encargado la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca
El sapo verde (Bufotes balearicus) es el anfibio más grande que habita las islas Baleares. Alcanza una longitud corporal que se acerca a 8 centímetros y un peso de alrededor de 30-40 gramos. Es una especie de distribución mediterránea que encontramos en las islas Baleares, Córcega, Cerdeña, Sicilia e Italia. Concretamente en las Islas Baleares lo encontramos en Mallorca, Menorca e Eivissa.
Es una especie más bien terrestre, que sólo acude a los puntos de agua a reproducirse entre los meses de febrero y mayo; el resto del año vive en matorrales, cultivos y huertos. En el caso del parque natural de Mondragó, hay diferentes puntos de reproducción, y los estanques temporales son los más empleados. Las balsas temporales son hábitats prioritarios para la conservación de acuerdo con la Directiva Hábitats y, por tanto, constituyen una prioridad de conservación para el parque natural de Mondragó.
Los sapos son considerados unos excelentes indicadores del estado de conservación de los estanques temporales, por lo que en el marco del Programa anual de ejecución del parque correspondiente 2018 la Consejería de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca encargó un estudio sobre el estado de conservación de esta especie en el ámbito del espacio natural protegido.
A lo largo de tres meses los miembros del grupo de investigación de Ecología Interdisciplinaria, encabezados por el doctor Samuel Piña, profesor de Ecología de la UIB, han visitado semanalmente los puntos de reproducción y han cuantificado todos los individuos adultos reproductores presentes en los estanques temporales. Fruto de este trabajo, se han capturado un total de 214 sapos. La reproducción de la especie se ha constatado en todos los puntos de cría conocidos, y las densidades observadas muestran un estado de conservación favorable, si bien hay que continuar este seguimiento para establecer su tendencia a lo largo del tiempo. Este seguimiento futuro podrá hacerse gracias a que durante el estudio todos los individuos capturados fueron identificados con un microchip. Así, el reconocimiento individual futuro permitirá estimar parámetros demográficos como la tasa de supervivencia o la preferencia por los diferentes puntos de cría.
Además, el estudio ha servido para formar diferentes alumnos de grado de Biología, y ha permitido así su primera introducción en tareas de seguimiento de la biodiversidad. Paralelamente, el trabajo ha permitido a una de esas alumnas desarrollar su Trabajo de Fin de Grado, cuyos resultados presentará en el próximo Congreso Luso-Español de Herpetología, que tendrá lugar el próximo mes de septiembre en Salamanca.
Fecha de publicación: 19/06/2018