Este molusco se encuentra en peligro crítico de extinción debido a una grave enfermedad parasitaria
El Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB) participa en el proyecto internacional Life Pinnarca, cuyo objetivo es la conservación de la nacra (Pinna nobilis). Este molusco bivalvo, endémico del Mediterráneo, el segundo más grande del mundo, se encuentra en la actualidad en peligro crítico de extinción debido a una grave enfermedad parasitaria que comenzó a afectar a las poblaciones de nacras a finales de 2016.
El proyecto se presentó el pasado 28 de abril en Valencia, y el IMEDEA participa en el marco de un consorcio internacional de universidades, institutos de investigación y ONG integrado por el Instituto Español de Oceanografía, la Universidad de Alicante, Ecologistas en Acción, el Instituto Oceanográfico Paul Ricard (Francia), la Universidad de Nápoles Federico II (Italia) y la Universidad del Egeo (Grecia). El proyecto lo coordina el Instituto de Investigación en Medio Ambiente y Ciencia Marina de la Universidad Católica de Valencia (IMEDMAR-UCV).
Este proyecto muestra el «interés» de la UE por la recuperación de la nacra, ha explicado José Tena, director de IMEDMAR-UCV y project manager de Life Pinnarca: «La unión en este proyecto de instituciones de países ribereños de la cuenca mediterránea europea hace que ahora existan serias posibilidades de que la nacra se recupere. Se trata de una especie fundamental en el equilibrio de ecosistemas del Mediterráneo, como sucede con las praderas de posidonia.»
El proyecto incluye acciones de difusión de la situación endémica de la nacra, protección in situ de la especie, traslado de algunos de ellos para preservar la diversidad genética, así como el intento de salvar los ejemplares resistentes a la enfermedad. Además, Life Pinnarca contempla también entre sus actividades la búsqueda de nacras sanas para reproducirlas en cautividad, así como la mejora y gestión ambiental de los hábitats donde aún pueden encontrarse, como el delta del Ebro o el Mar Menor, así como diversas lagunas costeras de España, Francia, Italia y Grecia.
El IMEDEA (CSIC-UIB) lidera la tarea de monitorización de reclutamiento natural mediante colectores. «Si encontramos larvas/reclutas significa que hay poblaciones reproductoras sanas en algún sitio. Sabemos que, en las lagunas, como las del Mar Menor y el delta del Ebro, existen estas poblaciones y es importante ver si las larvas procedentes de estos sitios podrían llegar a repoblar otros sitios donde ahora han desaparecido. También nos puede indicar si a parte de estas poblaciones hay otras que no hemos visto, ya que no se puede recorrer el litoral en su totalidad. Los reclutas, además, se aprovecharán en el proyecto para trasplantes y cría», comenta Iris Hendriks, investigadora del IMEDEA (CSIC-UIB).
Fecha de publicación: 04/05/2022