Comunicado de la Facultad de Educación sobre el tratamiento integrado de lenguas (TIL)

El profesorado de la Facultad de Educación de la Universidad de las Illes Balears, Facultad conformada por profesores y profesoras de los departamentos de Biología, Ciencias de la Tierra, Ciencias Históricas y Teoría de las Artes, Ciencias Matemáticas e Informática, Derecho Público, Economía Aplicada, Filología Catalana y Lingüística General, Filología Española, Moderna y Clásica, Filosofía y Trabajo Social, Pedagogía Aplicada y Psicología de la Educación, Pedagogía y Didácticas Específicas, Psicología y Química, reunido en Junta de Facultad el martes 8 de octubre de 2013, aprueba por unanimidad manifestar su posición sobre el Decreto de tratamiento integrado de lenguas y su proceso de aplicación.

En primer lugar queremos poner de manifiesto nuestro apoyo absoluto al esfuerzo y a las movilizaciones que los docentes de educación infantil, primaria y secundaria llevan a cabo para conseguir una educación de calidad y rechazar la falta de voluntad de consenso del Govern de les Illes Balears en todo este conflicto.

Damos apoyo al comunicado emitido por la Universidad de las Illes Balears. La aplicación del Decreto de tratamiento integrado de lenguas representa el final de un modelo de atención a las lenguas en la escuela de las Illes Balears que se había ido implantando a lo largo de más de tres décadas, con la colaboración de muchos profesionales de la enseñanza y el apoyo de programas de formación del profesorado, de evaluaciones periódicas y de equipos especializados. Además, gozaba de un amplio consenso entre la sociedad y la comunidad educativa.

Todo cambio en profundidad que se quiera introducir en el sistema educativo, y este lo es, requiere el consenso entre los agentes protagonistas de este cambio (padres y madres, docentes y Administración educativa y alumnos). Solo bajo esta premisa los cambios perduran y generan los resultados esperados, y aun así el consenso no es suficiente para garantizarlos. Además, hay que planificar las actuaciones haciendo un diagnóstico fundamental en evidencias de forma previa, definiendo los objetivos con claridad y viabilidad, sistematizando las actuaciones con criterios de eficacia, previendo y generando los recursos de formación y de otra clase necesarios para garantizar el alcance de aquello que haya sido planificado y evaluar los procesos y los resultados conseguidos. Toda actuación educativa, por definición, es procesal, y esto exige ordenar los currículums docentes empezando por el nivel inicial. Si estos objetivos se hacen extensivos a las familias, mejoran notablemente las posibilidades de éxito.

Por otra parte, hay que dejar bien claro que verdadero reto de nuestro sistema educativo es la calidad y su eficiencia. En una dinámica de reducción drástica de recursos como la que se ha generado, es prácticamente inviable atender con garantías este desafío. Además, se han tomado decisiones que inciden negativamente en la calidad del trabajo docente: incremento de ratios de alumnos/profesor, reducción o eliminación de profesionales de apoyo, excesiva rotación del profesorado en los centros, importantes retrasos en las dotaciones económicas de los centros, eliminación de ayudas a las familias o a programas diversos como lo son los de reutilización de libros, comedores escolares, programas de innovación docente, etc. La comunidad autónoma de las Illes Balears presenta unas características que hacen especialmente necesarias estas dotaciones: porcentaje de población extranjera de los más elevados del Estado, cifras de abandono escolar también muy superiores a la media estatal, elevados niveles de absentismo escolar crónico, por nombrar algunas.

A pesar de compartir plenamente el objetivo de la mejora de las competencias lingüísticas del alumnado en lenguas extranjeras, consideramos que el tratamiento integrado de lenguas no es la herramienta adecuada para conseguir esta mejora, porque no es justificable que para mejorar el conocimiento de idiomas extranjeros se haya de rebajar en dos tercios la presencia de la lengua catalana, propia de esta comunidad, como lengua de la enseñanza. La introducción forzada de la lengua castellana como vehicular de un tercio de las materias no tiene, evidentemente, como objetivo mejorar el conocimiento del inglés o de ninguna otra lengua extranjera sino simplemente disminuir la presencia del catalán. Además, para conseguir un resultado mejor en el aprendizaje de ingles o cualquier otra lengua, no es necesario hacerla lengua vehicular de otras materias, sino hacer mas eficaces las clases de esta lengua, aumentando las horas que se dedican a ella y, sobre todo, dotándolas de los recursos didácticos mas eficientes y disminuyendo al máximo los grupos de aprendices.

Los resultados negativos en cuanto a las cifras de éxito escolar no son consecuencia de la enseñanza en catalán o castellano, sino de la complejidad de nuestro sistema social, que se traslada a las aulas. Además, poco o nada se ha hecho para mejorar la autonomía de los centros y fomentar la implicación de las familias en la comunidad educativa, aspectos presentes, entre otros, en todos los informes técnicos de índole diversa que han abordado estos últimos años la cuestión de la mejora del sistema educativo.

En estas circunstancias, nos vemos con la obligación de insistir en la mejora significativa de la dotación en educación, en el respeto a la normativa vigente en cuanto a las funciones de los consejos escolares y el fomento de la participación de padres, madres y alumnos, en la incorporación de profesorado para evitar aulas masificadas, en la dotación de recursos para la atención de los niños con dificultades y, en general, en la necesidad de pasar de un modelo basado en la imposición unidireccional fundamentada en principios de actuación partidista a un modelo en el consenso con toda la comunidad educativa vertebrado a partir de la mejora de la calidad del sistema.

Finalmente, queremos manifestar que la mejora de las capacidades en las lenguas oficiales, en inglés y, también, en otras lenguas se debe hacer sin perjuicio de la normalización de la lengua catalana, propia de las Illes Balears. Este aprendizaje es caudal en una sociedad basada en la integración y la cohesión social, es un valor positivo para el sistema social y educativo y no interfiere de ninguna manera en el objetivo de aprender otras lenguas, sino todo lo contrario. Estos objetivos se deben conseguir progresivamente y con actuaciones fundamentadas en principios pedagógicos contrastados contando con el apoyo de equipos especializados, siguiendo evaluaciones periódicas, disponiendo de profesorado formado y con el consenso y la participación de la comunidad educativa.

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Fecha de publicación: 09/10/2013