La tesis doctoral de Julia Frimodt Christensen estudia la experiencia afectiva de los espectadores de la danza
La tesis doctoral de Julia Frimodt Christensen, defendida en la Universida de las Illes Balears, profundiza en el estudio de la influencia del arte, concretamente la danza, en la mente humana. La tesis la ha dirigido el doctor Camilo J. Cela Conde, del Departamento de Filosofía y Trabajo Social, y el doctor Marcos Nadal Roberts, del Departamento de Psicología de la UIB y de la Universidad de Viena.
En todas las culturas y todos los tiempos ha habido actividades artísticas en la vida cotidiana de los humanos. De hecho, la especie humana es la única que tiene esta conducta en su repertorio. Por ello tiene sentido asumir de entrada que el arte tiene una función clave para la mente humana. Es sorprendente, desde esto punto de vista, que el conocimiento sobre la manera en la que el cuerpo y la mente humana reaccionan ante el arte sea aun escaso. Solo desde hace una década, una disciplina científica nueva, llamada neuroestética, ha empezado a considerar esta cuestión intrigante, incluso para las artes visuales y la música.
La danza no solo mueve físicamente, sino que también conmueve emocionalmente. No hay prácticamente ninguna experiencia tan altamente placentera y triste que la desesperación de Soler ante la pérdida de Nikiya en el ballet de La Bayadère, ni tan erótico e interesante como Maya Plisetskaya en el Boléro de Maurice Béjart. Por este motivo, el objetivo principal de la tesis doctoral de Julia Christensen fue investigar con metodología experimental rigurosa la experiencia afectiva de los espectadores de la danza.
En primer lugar, se creó una nueva biblioteca de movimientos de danza para utilizar unos movimientos muy naturalísticos en los experimentos hechos en el marco de esta investigación. Los resultados alcanzados confirmaron la hipótesis de que los movimientos de danza indujeron respuestas afectivas en los espectadores. Estas respuestas fueron tan fuertes que se pudieron medir corporalmente. En particular, se fijaron unos electrodos a los dedos de los espectadores durante el experimento. Es una metodología muy utilizada que se basa en el hecho que cuando se tiene una respuesta afectiva las manos comienzan a sudar y los electrodos en los dedos pueden registrar este cambio.
Posteriormente, se hizo otro experimento para saber si la música contribuye a esta experiencia afectiva, y de qué forma. Los resultados mostraron que la respuesta afectiva del espectador se incrementa si la danza y la música comparten ciertas características (por ejemplo un movimiento lento y letárgico con una música similar a la bien conocida de La muerte del cisne). En un tercer experimento, se comparó la respuesta afectiva de personas expertas en danza (bailarines) con la respuesta de personas sin ninguna experiencia en danza. El resultado fue que los bailarines son mucho más sensibles emocionalmente ante la expresión afectiva de los movimientos que los no expertos.
La tesis también plantea las posibles funciones y los mecanismos a través de los que la danza (y el arte en general) podría contribuir al bienestar. La cantidad de evidencia que ya está disponible es muy grande, pero aun se encuentra muy fragmentada y no es accesible como una imagen coherente por las múltiples disciplinas desde las que se origina. Así, la tesis doctoral de Julia Frimodt hace un primer intento de dibujar esta imagen de manera integrada.
Ficha de la tesis doctoral
- Título: Dance moves: Affective responses to expressive body movement
- Autora: Julia Frimodt Christensen
- Programa de doctorado: Cognició i Evolució Humana
- Departamentos: Psicología y Filosofía y Trabajo Social
- Directores: Camilo J. Cela Conde y Marcos Nadal Roberts
Fecha de publicación: Fri Nov 21 12:40:00 CET 2014