El IMEDEA (CSIC-UIB) y el Centro Oceanográfico de las Baleares lideran un proyecto sobre esta especie amenazada en el marco de la plataforma de ciencia ciudadana Observadores del Mar
El nácar, Pinna nobilis, es un molusco bivalvo emblemático y endémico del Mediterráneo que puede vivir hasta treinta años. Esta especie es un bivalvo filtrador de tamaño grande que vive principalmente en las praderas de Posidonia oceanica, hasta los sesenta metros de profundidad. Por su tamaño está considerado una especie estructurante, ya que proporciona nuevos hábitats y genera un aumento de la biodiversidad y riqueza específica en los ecosistemas en los que está presente. A causa del descenso de sus poblaciones en las últimas décadas, esta especie se encuentra protegida por la directiva Hábitats de la Unió Europea y está incluida en el Catálogo Español de Especies Amenazadas, en la categoría de vulnerable.
Desde el otoño de 2016, los nácares se encuentran en grave peligro a causa de una mortalidad masiva causada por un parásito, un protozoo del grupo de los haplosporidios, que libera las esporas a la glándula digestiva de los nácares hasta que estos no pueden alimentarse y mueren de hambre. La mortalidad llega prácticamente al 100 por cien y ha despertado desde el principio la preocupación de muchos buceadores aficionados, centros de buceo, pescadores submarinos, etc., que comenzar a alertar de este fenómeno a través de las redes sociales. Muchos de ellos se pusieron en contacto con la plataforma de ciencia ciudadana marina Observadores del Mar, que coordina el Instituto de Ciencias del Mar (ICM, CSIC). «Rápidamente buscamos la manera de incorporar este nuevo reto científico a la plataforma», explica Elisabetta Broglio, coordinadora de Observadores del Mar, «y contactamos con Iris Hendricks, del Instituto Mediterráneo de Estudios Avanzados (IMEDEA, CSIC-UIB), experta en la ecología de estos animales, para liderar el nuevo proyecto de la plataforma».
Según la científica del IMEDEA (CSIC-UIB), «la colaboración ciudadana para esta investigación es muy importante: sólo con observaciones múltiples y simultáneas y distribuidas geográficamente conseguiremos detectar hasta donde ha llegado la infección e intentar entender los factores que están relacionados con este suceso». Juntamente con Hendricks, el equipo científico del proyecto también lo integran Elvira Álvarez, Salud Deudero y Maite Vázquez, del Centro Oceanográfico de las Baleares del Instituto Español de Oceanografía (COB-IEO).
El proyecto se presentó el martes 13 de junio, en el marco de una sesión en la cual el equipo investigador informó del estado actual de la mortalidad y como la ciudadanía puede colaborar con la investigación sobre los nácares a través de la plataforma Observadores del Mar, que dispone de más de 1.400 colaboradores y 7.000 observaciones relacionadas con diferentes proyectos científicos.
A los pocos días de ponerse en marcha el proyecto y anunciarse a través de las redes sociales, los científicos han recibido ya 43 observaciones al portal <www.observadoresdelmar.es>. «La clara voluntad de los ciudadanos de implicarse en la generación de conocimiento y compartirlo con el resto de la sociedad demuestra la fuerza de la ciencia ciudadana como herramienta para la investigación y el cambio social. Observadores del Mar ofrece a cualquier ciudadano la posibilidad de participar en la investigación sin necesidad de ser un experto: en la web se encuentran las fichas descriptivas de las especies, los protocolos de observación y de toma de datos, y se ofrece un diálogo directo con los expertos. Todos los datos son públicos, y están a disposición de la sociedad y de las administraciones», concluye Broglio.
Fuente: IMEDEA (CSIC-UIB)
Fecha de publicación: 14/06/2017